¿Has escuchado hablar de identidad digital o de identidad 2.0? ¿Sabías que, si estás leyendo este blog, lo más probable es que tú también tengas una identidad digital? Acá te contamos de qué se trata este concepto, en qué se diferencia o asemeja de tu identidad “no virtual” y te damos algunos tips de cómo cuidar tu imagen en Internet.
La identidad digital, en palabras sencillas, es todo lo que nos identifica en el mundo virtual. Es decir, toda la información que existe en Internet sobre uno y que forma parte de la imagen que los demás construyen de nosotros a partir de esos datos.
¿De qué información estamos hablando? De lo que decimos y posteamos en nuestras redes sociales, pero también de los comentarios que hacemos en blogs, otras redes sociales, likes y retuits, sitios webs visitados o de las noticias –si es que eres una figura pública- que pueda haber sobre ti.
Este conjunto de datos conforma tu reputación digital. Así mismo como lo oyes. No necesitas ser una organización o una celebridad para tener una reputación que cuidar en el mundo virtual.
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En síntesis, de acuerdo a Aparici, R. y Osuna Acedo, S. (2013) Identidad 2.0 o identidad digital “es todo lo que manifestamos en el ciberespacio e incluye tanto nuestras actuaciones como la forma en la que nos perciben los demás en la red”.
En tanto, la identidad análoga se compone –por ejemplo, en el caso de una persona- de rasgos como nombre y apellidos, fecha de nacimiento, sexo, nivel de estudios, RUT, etc.
Ahora bien, la identidad 2.0 no necesariamente tiene correspondencia con la “identidad 1.0” o la identidad real de una persona u organización. La información que pulula por la red de redes puede no ser 100% real; sin embargo, el problema es que todo lo que se haga o diga digitalmente, tiene consecuencias en el mundo real (y viceversa).
Siete claves para cuidar tu identidad 2.0.
La consultora española de analítica digital Arimetrics entrega siete claves para cuidar nuestra identidad 2.0, sobre todo si se trata de un personaje público o de una empresa o institución.
- Observar las medidas básicas de seguridad y protección de datos en internet (para bloquear acceso a datos personales y evitar suplantaciones de identidad).
- Limitar la información ofrecida en las redes sociales.
- Utilizar las normas de netiqueta (network etiquette) al participar en debates en la red.
- Monitorear lo que se dice de uno mismo para poder afrontar y atajar crisis de reputación.
- No utilizar redes públicas o redes wi-fi desprotegidas.
- Utilizar siempre contraseñas seguras y cambiarlas regularmente.
- Monitorear nuestro nombre en redes sociales para ver si alguien hace uso de él indebidamente.
En un mundo donde nos hemos vuelto absolutamente dependientes de Internet y las redes sociales, ¿existe alguna diferencia entre la identidad 1.0 y la 2.0? Nosotros creemos que no, que son dos representaciones, en dos espacios diferentes pero iguales, de una misma persona o entidad.
Redacción por Felipe Vásquez